17 de junio Paso a la inmortalidad del General Martín Miguel de Güemes

Martín Miguel de Güemes

El gaucho amigo de San Martín y Belgrano que frenó el avance español con tácticas poco convencionales.


Hoy se conmemora la muerte de Martín Miguel de Güemes

Martín Miguel de Güemes, nació en Salta el 8 de febrero de 1785. Estudió en Buenos Aires, en el Real Colegio de San Carlos, al igual que Manuel Belgrano. A los catorce años ingresó a la carrera militar y participó en la defensa de Buenos Aires durante las invasiones inglesas comandando un grupo de jinetes que lograron "capturar" un barco.
Luego de la Revolución de Mayo, se incorporó al ejército patriota en el Alto Perú y formó parte de las tropas victoriosas en Suipacha. Regresó a Buenos Aires y colaboró en el sitio de Montevideo.
Nuevamente en Salta, años más tarde formó el Ejército del Norte. Con pocos recursos, Güemes reclutó tropas de gauchos para enfrentar a las invasiones realistas y logró aplicar estrategias de guerra novedosas para aquel tiempo que le permitieron detener el avance de seis invasiones del ejército español.
Llevó adelante una política a favor de los indígenas del norte, retirándolos de los trabajos esclavos e incorporándolos a sus milicias. Así construyó una importante base social de apoyo que, sumado a sus conocimientos militares y políticos, le permitieron alcanzar la victoria en los combates que llevó adelante.
A fines de 1815, tras ser derrotado en Sipe Sipe, José Rondeau propuso vengarse de Güemes e intentó quitarle 500 fusiles a los gauchos salteños. Güemes se negó a entregarlas.
Unos días después, Güemes y sus gauchos marcharon hacia Tucumán donde iniciaba  sesiones el Congreso. Pueyrredón quedó tan conforme que ascendió al caudillo salteño al grado de coronel mayor.

San Martín apoyó la decisión de Pueyrredón y confirmó los valores militares y el carisma de Güemes y le confió la custodia de la frontera Norte. Dirá San Martín: «Los gauchos de Salta solos están haciendo al enemigo una guerra de recursos tan terrible que lo han obligado a desprenderse de una división con el solo objeto de extraer mulas y ganado«. (www.elhistoriador.com.ar)

Por su incansable lucha y destreza, logró que el territorio nacional quedara libre de invasiones realistas y luego de retirarse por un tiempo a Jujuy, retornó a Salta para convertirse en gobernador, cargo que ocupó desde 1815 hasta 1820.
A principios de 1817, Güemes fue informado sobre los planes del Mariscal de la Serna de realizar una gran invasión sobre Salta. Güemes puso a la provincia en pie de guerra. Organizó un verdadero ejército popular en partidas de no más de veinte hombres. El boicot de la población salteña fue absoluto y las tropas sufrieron permanentes ataques relámpago. Las tropas españolas empezaron a desmoralizarse. Aún más cuando se conocieron las noticias de la victoria de San Martín en Chacabuco, lo que provocó la retirada de los realistas, como había sucedido con Joaquín de la Pezuela.
Con los ejércitos de San Martín en Chile y Belgrano en distintos frentes, Güemes y sus gauchos volvieron a estar otra vez solos frente al ejército español.
En marzo de 1819, se produjo una nueva invasión realista. El panorama de Salta era desolador. La guerra permanente, los campos arrasados. La situación se hacía insostenible porque las clases altas de Salta no apoyaban a Güemes por el temor de aumentar el poder de éste y por la desconfianza que le despertaban las partidas de gauchos armadas a las que sólo toleraban ver en su rol de peones de sus haciendas.
El año 1821, fue sumamente duro para Güemes porque además de la amenaza realista debía atender el hostigamiento de los terratenientes salteños. Estas divisiones internas debilitaron el poder de Güemes y facilitaron la penetración española en territorio norteño. Los sectores poderosos de Salta no dudaron en ofrecer su colaboración al enemigo para eliminar a Güemes.
Cuando los realistas ocuparon Salta, Güemes se refugió en casa de su hermana Magdalena "Macacha" Güemes de Tejada, quien supo luchar junto a su hermano. Al  escapar a caballo recibió un balazo en la espalda. Llegó gravemente herido a su campamento de Chamical y les transfirió el mando a sus hombres y dio las últimas indicaciones. 
Murió el 17 de junio de 1821 en la Cañada de la Horqueta. 


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