Convivencia


Asambleas de aula


Cuando se presentan situaciones de violencia, maltrato, aislamiento o simplemente cuando se busca tomar decisiones que afecten a todo el curso, las asambleas de aula son el mejor recurso.


La asamblea de aula es un espacio en el que profesores/as y alumnos/as dialogan sobre todo tipo de asuntos que afectan a la vida del grupo, en un tiempo y un espacio dedicado exclusivamente al diálogo grupal en el que cada persona puede expresar libremente sus opiniones, ideas, deseos, propuestas y en el que las decisiones se toman de forma democrática, por consenso o votación. Los consejos o asambleas de aula pueden contribuir a mejorar el clima ya que favorecen a la cooperación del grupo, la comunicación, la confianza y la unión. Es un marco adecuado para tratar todo tipo de asuntos que afecten al grupo. No es un espacio para tratar asuntos que afecten a un/a alumno/a o grupo de alumnos/as.Estos son algunos de los aspectos positivos de las asambleas:


  • Permite hablar sobre temas de la clase y la escuela en general, lo cual facilita la colaboración, la amistad y la confianza, y contribuye a unir al grupo.
  • Sentirse protagonistas activos de la vida escolar.
  • Se aprende a expresar opiniones personales y a escuchar la de los demás personas de modo respetuoso.
  • Independientemente del tema objeto de discusión, el diálogo constituye una finalidad en sí mismo. Aprender a dialogar es una habilidad básica que facilita la convivencia entre las personas.  
  • Se delegan responsabilidades en la organización de la convivencia del aula, entendiendo que hay situaciones problemáticas y  comprometiéndose en su mejora.    
  • Se conocen los mecanismos de participación democrática y la realización de acuerdos, pactos y votaciones.
  • Se instauran o revalorizan el respeto, el diálogo, la democracia, la justicia, la igualdad, la tolerancia, la cooperación, la ayuda al/a compañero/a, etc.

Organización de la asamblea de aula


El espacio y el tiempo:
El espacio ideal es el aula, sentados en forma de ronda donde se puedan ver las caras de todos. En cuanto al tiempo, si existe la hora de tutoría, sería el momento adecuado, caso contrario buscar un espacio horario cada quince días y mantener esa frecuencia a lo largo del año.
La agenda de temas:
Los asuntos deben ser propuestos por los alumnos y deben ser de interés colectivo. Para esto, se puede habilitar un buzón en el que se introducen los temas a tratar por escrito en forma anónima. Si los temas a tratar son numerosos se deben seleccionar y priorizar los temas que se llevarán a la asamblea.
Elección de delegado y secretario de actas:
Es ideal llevar un registro de los temas a tratar, las resoluciones que toma el grupo y las acciones reparatorias (si fuera necesario) que cumplirán los que trasgredan lo resuelto en la asamblea. Esta función la cumple un secretario de actas elegido entre los compañeros. El/la delegado/a de aula ayuda a aprender a utilizar el poder de manera democrática a través de la cesión de la palabra y el desenvolvimiento de la asamblea. Tanto el secretario de actas como el delegado/a van rotando en cada asamblea.

Participar, opinar, discutir, votar, resolver son acciones que ayudan a fortalecer la convivencia. Te mostramos las herramientas. Vos y tu grupo merecen ese espacio.

Alicia Moreau de Justo, del ensayo electoral a la conquista de los derechos femeninos

Alicia Moreau nació en 1885, en el exilio de sus padres en Londres, donde habían buscado refugio contra las persecuciones luego de la derrota de la Comuna de París de 1871, de la que Armand Moreau, su papá, había participado activamente. Poco después del nacimiento de Alicia, la familia migró a Buenos Aires, donde Armand se vinculó al grupo socialista francés Les Égaux (“Los Iguales”), una de las organizaciones que en 1896 confluiría en la fundación del Partido Socialista.

En 1902, Alicia inició su escuela secundaria en el Normal 1, de la avenida Córdoba de la capital, donde dos años después se recibió de maestra. Allí tuvo como profesor de filosofía a don Hipólito Yrigoyen. En 1906 participó en el Congreso Internacional de Libre Pensamiento, a partir del cual inició su militancia feminista que, luego, la llevaría a sumarse al Partido Socialista.

Mientras realizaba los estudios universitarios, que le darían su título de médica en 1914, comenzó a dar conferencias en la Sociedad Luz, institución creada por librepensadores para promover la educación obrera. Su tesis doctoral en medicina fue sobre la función endócrina del ovario. Luego se especializaría en enfermedades femeninas, mientras daba clases de fisiología en la Universidad de La Plata.

En 1910, encabezó la creación de la institución el Ateneo Popular y comenzó a colaborar con el dirigente socialista Enrique del Valle Iberlucea, identificado con la “izquierda” partidaria, como redactora del periódico Humanidad Nueva.

Cuando en 1914 estalló la Primera Guerra Mundial se puso al frente del movimiento pacifista. Cinco años más tarde, en 1919, participó como delegada en el Congreso Internacional de Obreras que se reunió en Washington, donde tomó contacto con las sufragistas norteamericanas. A su regreso, fundó la Unión Feminista Nacional a la que adhirieron, entre otras, la poetisa Alfonsina Storni.

Al año siguiente, la unión llevó adelante un impactante simulacro de votación, en el marco de las elecciones nacionales del 9 de marzo de 1920. Se instalaron urnas en 20 distritos electorales de la Capital y, concluido el comicio, fueron llevadas para su particular escrutinio a la sede de la revista Tribuna Popular. El triunfo fue para las socialistas, seguidas de lejos por las radicales. Mientras tanto, en las elecciones oficiales, compitieron dos mujeres: Alicia Riglos de Berón de Astrada, por el Partido Socialista, y Julieta Lanteri, por el Partido Feminista Nacional, que obtuvo 1.363 votos.

En 1921 Alicia Moreau de Justo se afilió al Partido Socialista y, luego de casarse en 1922 con el líder histórico del partido, el doctor Juan Bautista Justo, se incorporó al Comité Ejecutivo, teniendo a su cargo la coordinación de las agrupaciones feministas. Su tarea fue fundamental para la obtención de los derechos de la mujer –que no incluyeron los cívicos- en 1926.

Por ese entonces, Alicia Moreau de Justo llamaba a las mujeres a “conquistar” los derechos, pues de otra forma no se conseguirían. Para recordar a esta gran luchadora por los derechos de las mujeres, en la fecha de su fallecimiento, traemos las palabras que escribiera en la revista Nuestra Causa, en ocasión de un nuevo ensayo electoral practicado el 21 de noviembre de 1920.

Fuente: Revista Nuestra Causa, “El ensayo del voto municipal femenino”, por Alicia Moreau, 10 de noviembre de 1920, págs. 152-153, en Edit Rosalía Gallo, Nuestra Causa, Revista mensual feminista 1919-1921, Buenos Aires, Instituto de Investigaciones Históricas Cruz del Sur, 2004, págs. 113-116.

“El 21 de noviembre tendrá lugar un nuevo ensayo de voto femenino. Esta vez con motivo de las elecciones municipales… (…) Lo que pretendemos es despertar la atención de las mujeres, es interesarlas en el movimiento, es provocar una manifestación de opiniones. (…) Cuando hayamos llegado a la conquista del sufragio, sólo entonces será el momento de una acción política definida… (…) Recuerdenque los verdaderos derechos se deben conquistar, que es necesario vencer los conservadores, rutinarios retrógrados, los temerosos de lo nuevo, los amantes del pasado, que es necesario vencer el temor de los políticos que ven con recelo esa incógnita que encierra el voto femenino ( y tal vez sea éste el mayor obstáculo); recuerden las mujeres que dispersas las fuerzas se debilitan y que para conseguir el bien común necesario es sacudir la apatía y elevarse por encima del bienestar del momento presente.”


Alicia Moreau de Justo